Su mirada talló en mi mente recuerdos pasados.
Ahí, invadiendo mi cerebro, no entendiendo de lóbulos orientales ni parietales,
Borrando cualquier reseña del olvido.
Podía haber sido como unas pisadas en la arena,
Que sabes cuando están hechas pero que el mar, con su fuerza indudable, puede borrarlas sin ningún esfuerzo.
Las olas, la espuma, la corriente; bajamar y pleamar
Los sentimientos, el deseo, la química; alegría y tristeza.
Como las grandes obras arquitectónicas. Aguantan el tiempo, las guerras, el clima, el viento, la lluvia.
Los meses, las peleas, los buenos momentos, los fracasos, los llantos
Cambia la estructura, pero nunca, pese a todo, cambia su razón de ser.
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