La mitad de un montón de verdades

Nunca fui una persona valiente. Cuando era pequeña me daba miedo la oscuridad; aún hoy sigo caminando deprisa por los lugares poco iluminados. Me dan miedo los bichos, las serpientes, las alturas, los sitios cerrados, los lugares con mucha gente… Aún así se empeñan en recordarme cada día lo valiente que soy. Algún día debería decirles que me asusta enfrentarme al mundo. Todo lo bonito que se me acerca a menos de dos metros se me escapa entre los dedos. Debería haber sido valiente aquella vez que se acabó mi mundo por primera vez o en todas aquellas situaciones en las que no pude decir las cosas a la cara. Puede que llegue el momento en el que aprenda a olvidar todo lo que un día se convirtió en dueño de mi propia vida... Mientras tanto, seguiré escondiéndome entre un montón de palabras, frases y falsas historias para sobrevivir a este mundo de mentiras...