Hoy es buen día para resucitar...

Otra noche más que rompo mi promesa de no salir. Tres cervezas y cinco cigarrillos para amenizar la espera. Hoy vuelve a ser esa fatídica fecha que me recuerda que el mundo se acabó un día para mí. Otro cigarrillo y una sonrisa al leer “el tabaco produce una muerte lenta y dolorosa” Já, yo ya morí una vez y no me dio miedo. Fue más que lento y doloroso. Como si te clavaran a cada segundo un millón de alfileres en el alma y te la retorcieran hasta quedarse seca. Cojo mi móvil y mis dedos quieren escribirte. Están tan acostumbrados que intenta hacer lo mismo que todos los años. Otra sonrisa y la quinta cerveza de la noche. Miro a mi alrededor e intento buscar una mirada que extrañamente no es la tuya. Mi corazón late a dos millones por segundo. Otra cerveza, me termino la caja de tabaco y vuelvo a casa tambaleándome por Triana. Nunca la había tenido para mí sola. Las farolas me marcan un camino iluminado que quizás sea el inicio de una nueva vida sin fantasmas del pasado. Me equivoco de portal. Logro abrir la puerta después de diez minutos y un sándwich de atún y un colacao caliente con azúcar me espera. Un vaso se hace añicos a las seis de la mañana y yo me vuelvo a reír. Hago lo mismo con tu foto, la mezclo con los cristales y terminan en el fondo de una bolsa de basura.

Cambio la foto de la mesilla de noche, la miro.

Mi cama me arropa y me recuerda que hoy ha sido un buen día para resucitar.