Tatuaje de identidad


Los pies descalzos machacan la tierra blanca en cada paso. Alîm corre entre las chabolas de madera y cartón. Las calles del poblado rugen con la salida del sol. Los camellos se mezclan con los trabajadores del cuero, con los pescadores que arreglan las redes para el próximo día de faena, con las señoras venden algunas verduras en no muy buen estado y con los niños juegan a la pelota con las camisetas de imitación de sus equipos de fútbol favoritos que llegan desde el otro lado del mundo.
Alîm está nervioso. Sabe que su vida cambiará después de tomar la decisión. Debe ser cauto y no decir nada hasta el último momento. Ve una y otra vez un vídeo sobre el primer mundo. En él unos niños vestidos con el mismo chándal juegan en una cancha al fútbol. Es el futuro que a él espera. Quiere ser una estrella y regresar para llevarse a su familia. Sabe que es el único que puede sacarlos de la miseria.
Alîm se reúne como cada tarde con sus amigos. Sueñan despiertos con subirse a un cayuco y dejar todo esto atrás. Saben que hay muchos que se quedan atrapados en el mar. También saben que si son encontrados sin vida es muy posible que sus cuerpos nunca puedan volver a la tierra en la que nacieron. Alîm no quiere que su madre sufra. Bastante ha pasado después de que nunca más se supiera de su hermano. Se subió un día a un barco y se adentró en el mar. Ha oído que algunos cuerpos sin nombre son enterrados sin que nadie se acuerde de ellos.
Llega a casa y comienza a calentar un trozo de hierro. Quiere tatuarse en el pecho su nombre y el de su pueblo como ese documento de identidad que nunca ha tenido. Llora de dolor físico y emocional. Mañana es el día y es posible que nunca vuelva.

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Un cayuco llega a tierras conejeras. El cielo llora lágrimas de lluvia por la tragedia. Diecisiete son ya los niños muertos. Alîm no está entre ellos. Ha logrado ser uno de los 6 superviviente. Se alegra por estar vivo y por haber llegado a la tierra soñada. Lo que no sabe es que por culpa del nombre que lleva tatuado en su pecho posiblemente sea enviado de nuevo a casa.