Nudos y pies...

Los nudos ya no amarran mis zapatos
se atan solos en mi garganta
cuando al corazón de la por sentir y recordar.
Acompañan las lágrimas que echan de menos
los días en los que no tenían quedejarse ver.
Ahora es mi cabeza que le da por volver
a los recuerdos que se bañan en salado
y no es que llore, es que fui feliz
bajo una choza de piedra y un montón de ratones.
Donde en mis zapatos no habían nudos
más bien no habían zapatos sino pies desnudos
acostumbrados a clavarse palos
ya sea cuando iba a coger chaparros
o cuando bajaban rodando el rayón de las Salinas.

1 comentario:

Muda dijo...

es precioso laura