volver a escribir


Podría escribir mil poemas de amor, de lo bonitas que son las noches de luna llena, del movimiento de las estrellas fugaces que se escapan de la oscuridad.
Podría escribir sobre cosquilleos, sobre las miradas que traspasan el alma o sobre el roce de tus manos con las mías.
Podría escribir sobre la química que acelera el corazón, sobre los domingos de peli y manta o sobre los silencios que se crean cuando tú hablas.
Podría escribir un millón de historias que siempre acaban en la tuya y en la mía, inventar cuentos de princesas y heroínas, de magia, de besos y de caricias.
Podría escribir un diario sobre ese viaje a donde nunca fui solo con recordar como se te iluminaban las pupilas y como sacabas esa media sonrisa que yo podía entender.
Podría escribir cientos de palabras que nunca llegarán a nada porque soy tan cobarde que se me seca la garganta y se anuda al intentar pronunciarlas.
Podría escribirte mil mensajes chorras solo para leer tu nombre en la pantalla y sentir como algo dentro de mí cobra vida.
Podría escribir tanto que dejaría de sentir mis dedos, y luego mi cuerpo y después volver a no sentir nada.
Podría completar todas las líneas, los párrafos, la hoja entera, y seguir llenando aún más.
Podría escribir lo que siento, leerlo y releerlo y aún así ver que está incompleto.
Podría escribir....
pero nunca sigo escribiendo

1 comentario:

Yusuke Hatanaka dijo...

Me estoy dedicando a enviar cartas (muy lentamente, porque tampoco nunca sigo escribiendo...) a cierta gente que considero que tiene algo que decir pero no un soporte para decirlo.
Un amigo se ha apoyado en las misivas que intercambiamos para desarrollar una teoría muy interesante, que según sus propias palabras nunca había tenido un modo para plantear. Y no es sólo que yo ahora conozca su teoría, es que él ha podido refinarla y depurarla (¡seguimos en proceso de ello!)

Purebe con lo mismo, escriba cartas (digo cartas pero soy cobarde y suelen ser emails), bombardee a un destinatario aunque sea inexistente o no busque respuesta. Hágalo como quiera, pero hágalo por su bien y el de todos. Juegue a ser humano. Pero juegue de verdad.